viernes, 28 de noviembre de 2014

Montessori y la pedagogía científica



María Montessori nació en 1870 y fue una educadora, pedagoga, científica, médica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, bióloga, psicóloga, devota católica, feminista y humanista italiana. Es conocida por ser la primera mujer que consiguió el título de doctora en Italia.
Esto supuso para ella un reto no exento de dificultades: por ejemplo, la hacían entrar a clase cuando todos sus compañeros masculinos estaban ya sentados, entre otras cosas para que no causara revuelo. No obstante, es destacable el apoyo que recibió de su madre, que como mujer estaba al tanto de su problemática y la animó a que no se rindiera en su empeño.
Después de esto, comenzó a trabajar en una clínica psiquiátrica con niños con problemas y se dio cuenta de que muchos de estos problemas no eran psiquiátricos, sino pedagógicos. En 1907 se inauguró la primera Casa de Niños en Roma, un centro de investigación donde se desarrollaba el niño con dignidad, libertad e independencia.

Fotografía tomada en la primera escuela Montessori en Holanda, La Haya, 1915.
 Antes de dedicarse a la pedagogía, María Montessori se dio cuenta de la importancia que tenían las carencias de amor en la infancia, en relación al comportamiento de los niños. Descubrió que había dos tipos de niños: unos eran más violentos y no habían tenido afecto en sus primeros años, y otros, pese a sus problemas, eran más amables porque habían sido tratados con cariño.
La metodología educativa que propuso consiste en utilizar la libertad y la disciplina activa por parte del niño. El docente solo es observador o guía e intentará intervenir lo mínimo posible, aunque sí que deberá proponer desafíos para dirigir al alumno y motivarlo. El Método Montessori pretende que el niño sea curioso y pregunte, y así fomentar el autoaprendizaje. Se trata de motivar al niño para que, sin darle recompensas, se sienta orgulloso de sí mismo al aprender.
Montessori tenía una educación científica y la utiliza para desarrollar su método pedagógico. Utiliza para ello la observación del comportamiento del niño y el método de prueba/error del paradigma cuantitativo. Por ejemplo, se prueba un ejercicio y se observa si motiva o no al alumno, se comprueba si el alumno responde bien o mal a determinados estímulos…
A la escuela Montessori asistían muchos niños desfavorecidos, por lo que el ambiente de la escuela también se trasladaba al barrio, haciendo mejorar la sociedad gracias a la educación.
Otro aspecto importante de la pedagogía de Montessori es que pensaba que “el niño es el padre del hombre”. Esto quiere decir que el niño debe encontrar en su interior al hombre que va a ser. Demostró que el niño es capaz de entender y asumir todo (muerte y vida/guerra y paz…). Confiaba en la capacidad del niño y en la fuerza del alma del niño, ya que por sí solo tiene la voluntad de evolucionar y prosperar. Consideraba que la mente del niño es una esponja deseosa de absorber información, con capacidad infinita de aprender.
María Montessori quería dar materiales de la vida real a los niños para que no crecieran entre inventos e imaginaciones de los adultos, sino en la vida real a la que se enfrentarían de mayores. Este punto entra en conflicto con la opinión de muchos expertos en pedagogía de la actualidad, como Ken Robinson, cuya opinión es que hay que fomentar la creatividad, y para ello son beneficiosos los artificios e invenciones, porque ayudan a desarrollar la imaginación.
Una vez conocido el Método, se nos plantea la siguiente pregunta: ¿llega un punto en el desarrollo del niño en el que no puede aprender más con la experimentación y necesita comenzar a adquirir conocimientos de otra forma más convencional, como el estudio?
Lo que sí está claro es que este método forma a la persona desde una edad muy temprana para que aprenda por sí misma y desarrolle interés. La enseña a no ser un receptor pasivo. De este modo, ayuda a los niños a mantenerse motivados, pues fomenta la curiosidad por las materias de estudio, y hace que no desarrollen la adversión que muchas veces tienen por las mismas si se las imponen.


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