ORIGEN Y DEFINICIÓN DEL TÉRMINO
La didáctica es la
ciencia de la educación que estudia e interviene en el proceso de
enseñanza-aprendizaje y define la actuación del profesor para facilitar los
aprendizajes de los estudiantes. Su naturaleza es esencialmente comunicativa.
Dentro del proceso de
enseñanza, los profesores llevan a cabo estrategias y tácticas. La estrategia
es la metodología docente, es decir, el currículum y las orientaciones del
mismo. La didáctica se corresponde con la táctica, que es la forma de aplicar
esta metodología, los mecanismos que utiliza el profesor para transmitir
conocimientos y motivar al alumno.
Su naturaleza
comunicativa es importante, pues la relación pedagógica que se da entre el
profesor y el alumno es, en esencia, un diálogo.
Este diálogo está
presente en el origen etimológico de la palabra, pues desde la antigüedad
clásica griega el sustantivo didáctica (διδακτικε, didaktiké) ha sido el nombre
de un género literario basado en el propio diálogo. Este género pretendía
enseñar, formar al lector. “La República” de Platón es uno de los más célebres
diálogos de la historia, en el que el personaje Sócrates trata de transmitir
sus conocimientos a sus discípulos dialogando con ellos.
La didáctica se puede
clasificar en:
- Didáctica general: se ocupa de los
principios generales y normas para dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje hacia
los objetivos educativos.
- Didáctica específica: aquella que
estudia los métodos específicos de cada materia.
- Didáctica diferencial: aquella que
tiene en cuenta la evolución y características del individuo.
El objetivo de
docentes y alumnos es lograr determinados aprendizajes. Para ello, los
estudiantes deben poder, querer y saber realizar las operaciones cognitivas
convenientes para ello, interactuando adecuadamente con los recursos educativos
a su alcance.
El empleo de los
recursos didácticos, que facilitan información y herramientas para aprender a
los estudiantes, suele venir prescrito y orientado por los profesores.
Hoy en día tenemos
muchos medios a nuestro alcance para buscar información e instrumentos para
procesarla. Hay muchos temas en los que se puede ser autodidacta, tutoriales en
internet y datos a los que recurrir en cualquier momento, y no hace falta que los
proporcione un profesor. El profesor es necesario en tanto que guía y corrige
aquello erróneo. Muchas veces tenemos acceso a tanta información que siempre
hay algo que está mal o se contradice. Es bueno que los alumnos se vayan
acostumbrando a buscar aquello que les motive y les interese, no deben esperar a
que se les obligue a aprender algo o se les proponga fácilmente el temario.
Por tanto, ha habido
una evolución en la educación desde la una pedagogía de la memorización y
reproducción, centrada en la enseñanza y el profesor, a una pedagogía basada en
la indagación, la búsqueda, más centrada en el aprendizaje y el alumno. Se da
más importancia a la pregunta que a la respuesta (Beltrán Llera, 2003). Se ha
pasado de atender a los productos del aprendizaje a considerar la importancia
de los procesos. Es muy importante que el alumno descubra el gusto por la
materia que está aprendiendo, y que disfrute haciéndolo.
ELEMENTOS IMPLICADOS EN EL PROCESO
DIDÁCTICO
Los elementos que
intervienen en los procesos de enseñanza y aprendizaje se pueden clasificar en
tres grupos:
- Agentes: las personas que intervienen
(profesores, estudiantes) y la cultura (considerando el continente y los
contenidos de estos procesos).
- Factores que establecen relación con
los agentes: clima de la clase, materiales, metodología, sistema de
evaluación...
- Condiciones: aspectos relacionados
con las decisiones concretas que individualizan cada situación de
enseñanza/aprendizaje.
Dentro de los agentes
tenemos:
-
El profesor, que planifica las actividades para los estudiantes siguiendo una
estrategia didáctica que pretende el logro de determinados objetivos
educativos. Al final del proceso realizará una evaluación para ver en qué
medida se han logrado.
En el contexto social
actual, el papel del docente se debe centrar en ayudar a los estudiantes para
que sepan, quieran y puedan
aprender. Y en este sentido les proporcionará especialmente: orientación
(saber), motivación (querer) y recursos didácticos (poder).
-
Los estudiantes, que pretenden realizar aprendizajes a partir de las
indicaciones del profesor, mediante los recursos didácticos que tienen a su
alcance.
-
El contexto. Está formado por familia, sociedad y otros agentes. El ámbito
sociocultural en el que se realiza el acto pedagógico cambia muy rápidamente, y
es necesario que el profesor tenga capacidad de adaptación y de renovación. Debe
hacer una selección de las tácticas educativas más adecuadas para cada
situación, considerando todos los elementos contextuales (contenidos a tratar,
características de los estudiantes, circunstancias ambientales...).
-
Los objetivos educativos y los contenidos que se tratarán. Aquí debemos
preguntarnos: ¿quién decide qué se enseña? El currículum nacional tiene una
tendencia que está marcada por la política del momento. Cuando hay un cambio
político, el currículum cambia, por lo que no se puede advertir si los cambios
introducidos por el anterior habían dado buenos frutos. Este problema se viene
arrastrando en España durante siglos debido a que los acontecimientos
históricos del país han fomentado su continuidad hasta la actualidad.
Los contenidos pueden
ser de tres tipos:
-
Herramientas para el aprendizaje: lectura, escritura, expresión oral, operaciones
de cálculo, búsqueda de la información, técnicas de trabajo individual y en
grupo...
-
Contenidos: conocimientos culturales teóricos y prácticos necesarios para
desarrollar las propias capacidades, vivir, trabajar y participar en la
sociedad.
-
Valores y actitudes: actitud de escucha, esfuerzo, reflexión y toma de
decisiones responsable, participación y actuación social, solidaridad,
autocrítica y autoestima… Muchas veces, la educación en valores se produce en
un ámbito de educación informal, y escapa al control del profesor. Por eso es
muy importante la comunicación del mismo con el entorno y familia de sus
alumnos.
Dentro de la
transmisión de actitudes, es necesario que los alumnos se formen una visión
propia del mundo, un espíritu crítico.
En este proceso los profesores son parte responsable, y cobra especial
relevancia la relación pedagógica profesor-alumno basada en el diálogo.
No obstante, al alumno
le es muy complicado poner en tela de juicio lo que su profesor le está
comunicando porque éste se encuentra en una posición de superioridad con
respecto al primero.
Para tener una
opinión propia de lo que nos rodea, es necesario tener conocimientos y, además,
capacidad de análisis. Esto es lo que deben transmitir los buenos profesores en
sus alumnos. No se puede esperar que los alumnos sean críticos por naturaleza,
hay que ayudarlos a que desarrollen sus propios puntos de vista. Esta tarea
entraña infinitas dificultades, dado el hecho de que es muy complicado que el
docente no transmita las propias opiniones en el proceso de enseñanza.
REFLEXIÓN SOBRE EL PAPEL DEL
PROFESOR
Por todo lo
anteriormente dicho, estoy de acuerdo con Hernandez y Sancho (1993) cuando
dicen que es importante que el profesorado se forme no solo en su área de
especialización, sino en la labor de la enseñanza misma. Esto le permitirá
tener los conocimientos suficientes para orientar a su alumnado hacia la toma
de decisiones de forma crítica y reflexiva.
El profesor no puede
repetir modelos de actuación sin otra justificación que el haber funcionado en
otro momento o en otro contexto. Debe renovar los métodos educativos de acuerdo
a los cambios culturales que se producen, los adelantos tecnológicos y el tipo
de alumnado con el que interactúa. No se puede quedar desfasado.
Además, un buen
profesor debe aprovechar la experiencia del aula para ir introduciendo cambios
en su estrategia didáctica. Esto se debe llevar a cabo combinando las
intenciones previstas con los deseos del alumnado y sabiendo escucharlo y
sondearlo, es decir, descubriendo cuáles son sus intereses y modificando la
estrategia didáctica para que se adapte a los mismos en la medida de lo posible.
Esto último se puede poner en práctica durante el transcurso de una sesión de
clase. La actividad práctica de cada día en el aula no puede desarrollarse como
si todo estuviese ya previsto.
Con ello lo que
lograremos será motivar al alumnado, mantenerlo atento. Pero para ello es
necesario que se produzca el diálogo en el que está basada la didáctica. Es
necesario un feedback entre el
profesor y el alumnado, en el que ambos se enriquecen mutuamente, favoreciendo
un clima de aprendizaje mutuo.
En conclusión, es muy
importante que recordemos que la didáctica está basada en el diálogo y la interacción
entre los distintos agentes que intervienen en el proceso pedagógico. Para
alcanzar las metas educativas propuestas es necesario el buen funcionamiento de
este diálogo, condición en la cual el papel del docente es fundamental. De él
depende no solo la adquisición de conocimientos declarativos y procedimentales
por parte de los alumnos, sino la motivación y la educación en valores de los
mismos, así como el desarrollo de su espíritu crítico. Esta educación es clave
para que los alumnos puedan convertirse en personas capaces no solo de
funcionar en la sociedad, sino que les da las herramientas necesarias para
poner en tela de juicio aquellos aspectos de la misma que les parezcan
cuestionables. Estas personas son las que pueden producir cambios, mejorar la
situación actual.
La didáctica es la
táctica que elige el profesor para formar a las personas que configurarán la
realidad futura.
BIBLIOGRAFÍA
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13, pp. 188-194. Recuperado de http://www.monografias.com/ trabajos66/ didactica-integradora/didactica-integradora2.shtml
Hernandez & Sancho (1993). Las
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Ellsworth, E. (2005). Diálogo
comunicativo: control a través de la continuidad. Posiciones en la enseñanza.
En Diferencia, pedagogía y el poder de la
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discontinuidad: enseñar a través del diálogo analítico. Posiciones en la
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Astral, (pp. 97 – 118).
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